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Discografía

"Rondas de Boda " - 2002

La Ronda está de boda.

La Ronda Segoviana, ha cumplido ya 25 años, y en sus bodas de plata, ha decidido grabar un disco relativo a las rondas de bodas en Castilla.
La idea, parte del trabajo que en 1980 comenzó el ya desaparecido grupo segoviano “Hadit” que planteó un esquema al que luego se incorporaron algunos elementos y otros fueron modificados, a partir de la lectura del libro “Costumbres Populares Segovianas de Nacimiento, Matrimonio y Muerte, encuesta del Ateneo 1901-1902”, de Guillermo Herrero Gómez y Carlos Merino Arroyo; editado por La Diputación Provincial de Segovia en 1996 cuya lectura recomendamos para mejor entender.

La representación real de las rondas de boda, varía en el tiempo y en el espacio, por lo que es muy difícil, sin faltar a la verdad, hablar de un esquema común; al final optamos por organizarlo de la forma que más adelante indicamos.

Los temas que se interpretan, parten de distintas fuentes, y nos decantamos por la versión que más se acomoda a la formación de nuestro grupo.

Todos los temas conservan el ritmo y la melodía originales. Entendiendo como tales las versiones que ha nosotros nos han llegado.

Como aportación propia de La Ronda Segoviana hemos añadido una costumbre observada entre los novios segovianos: la ofrenda del ramo de novia a la Patrona local en unos casos, y, en otros, a algún familiar ya fallecido, que hemos representado como “ofrenda a la Virgen” a través de un Mayo.

Las canciones, frases musicales y tonadas, proceden de:

  • Material de Campo de Hadit.
  • Material de Campo de Claudia de Santos e Ignacio Sanz.
  • Material de Campo de Ismael Peña “Ismael”.
  • Material de Campo de La Ronda Segoviana.
  • Cancionero de Agapito Marazuela.
  • Cancionero de Bonifacio Gil.
  • Cancionero y grabaciones de Manuel García Matos.
  • Cancionero de Kurt Schlinder.

Debido a la amplitud del esquema que nos ocupa, no hemos grabado toda la letra de aquellas canciones procedentes de cancioneros, por lo que las personas interesadas deberán acudir a éstos.

Tres excepciones:

  • Hemos adaptado letra por   similitud  a “El retrato”, del cancionero de Kurt Schlinder, ya que sólo tiene recogidas las dos primeras estrofas.
  • En “Las Doce horas” hemos mezclado dos versiones: la primera procedente del material de campo de Hadit, y la segunda del cancionero de Agapito Marazuela.
  • Para el Pasacalles “Corriendo Voy”, compuesto para dulzaina, hemos recurrido a instrumentos de pulso y púa.
  • Por último, hemos incorporado la flauta de pico castellana, conocida como “pito castellano”, con llaves y digitación similar a la dulzaina, en “Si el Pajarillo” y “Esta noche la novia”.

El esquema abarca desde “los dichos” (petición de mano, acuerdo de dote..); hasta “el Tornaboda” (celebración del desposorio entre familiares y allegados).

Estuvimos grabando:

  • Enrique de Benito: Barítono Lírico y Laúd.
  • José García: Barítono y percusión.
  • Carmelo Gozalo:Tenor Lírico, Guiitarra, voz y percusión.
  • Evelio España: Barítono Lírico, Dulzaina, Pito Castellano y Laúd.
  • Prudencio Gozalo: Barítono y Bandurria.
  • Jesús Antonio Ramón: Tenor Ligero y Guitarra.
  • Luis Enrique Marazuela:Bajo Cantante y Percusión.
  • Jesús Martín: Tenor Ligero, guitarra y percusión.
  • Luis Alfredo Moreno:Bajo profundo y percusión
  • Miguel Angel Moreno: Bandurria.
  • Angel Román: Barítono Lírico y Percusión.
  • Javier Román:Barítono Lírico y Percusión.
  • José Antonio Sanz: Barítono, Guitarra, Contrabajo, Flauta de pico y percusión.
  • Elí Sebastián: Tenor Ligero,  Dulzaina y Laúd.
  • Francisco Manuel Soto: Barítono y percusión.
  • Germán Cid: Barítono Dramático y Guitarra.
  • Germán Cid (hijo): Laúd
  • José Manuel Herrero:Barítono Dramático y Guitarra
  • Isidoro Casado:Bajo Cantante y percusión
  • José Luis Benito: Barítono Dramático y guitarra.
  • José Martín: Laúd
  • Juan de La Cruz Pastor: Barítono Dramático, Flauta de Pico, Laúd, Bandurria y percusión
  • Javier García: Barítono Lírico y Bandurria.

Dirección musical y adaptación: Juan de la Cruz Pastor
Dirección de Grabación: Juan de la Cruz Pastor y José Antonio Sanz.
Idea original y diseño gráfico: José Antonio Sanz.
Arreglos: Salvador Roche
Realización: Carmelo Gozalo Prieto y Jesús Martín Díez.
Colaboración especial de: Alfonso de Miguel (tamboril) y Alberto Moreno (contrabajo)
Y los técnicos de los estudios CES de Madrid: Luis Villena y Luis Cortijo.

Todos los temas son populares, excepto “Corriendo Voy”, pasacalles de Gregorio García Vicente.

La Introducción del disco la hicieron Guillermo Herrero y Carlos Merino:

Aquellas bodas de antaño
En la fuente que mana agua clara brota el amor. Al caer la tarde, y después de segar, Teodoro iba con el resto de los mozos a saciar la sed al caño. Allí, llenando cántaros, esperaban las mozas. ¡Cuántas veces cargó Teodoro con uno de ellos hasta casa de Fuencisla!.

Teodoro ya no era ningún niño. Hacía tiempo de aquel sábado en que convidó a los mozos del pueblo a media arroba de vino en la taberna. Ya era un miembro más de la cuadrilla, con los mismos derechos que los otros. Ese mismo domingo, envalentonado, sacó por primera vez a bailar la rueda a Fuencisla, su preferida, en la plaza. Desde aquel día, Teodoro comenzó a pedir al resto de los mozos que la ronda de la noche de los sábados parara un rato debajo de la ventana de su amada. En ese momento, Teodoro, que era buen cantarín, lanzaba al aire alguna copla: "Cuando paso por tu puerta / cojo pan y voy comiendo / pa que no diga tu madre / que con verte me mantengo...". La guitarra, el almirez y la pandereta animaban la velada. Una mirada discreta a través de los visillos delataba su amor correspondido.

Una de las noches de la función, y camino de casa de Fuencisla, Teodoro regaló a su amada un pañuelo. Ella se sonrojó y en silencio guardó la prenda. La semana se hizo eterna para Teodoro. Hasta que llegó el domingo. Y allí, en el baile, estaba Fuencisla, más hermosa que nunca, luciendo el pañuelo. Era la señal. Aceptaba a Teodoro como novio

Llegada la Cruz de Septiembre, y aprovechando que era una época de poco quehacer en el campo, Teodoro y Fuencisla decidieron tratar con sus padres lo que ya era un secreto a voces: Su deseo de casarse. Las dos familias, complacidas por la futura unión, fijaron, de común acuerdo, la fecha de los ajustes de boda, que habían de celebrarse en casa de Fuencisla. Padres y tíos de ambas partes se reunieron una tarde en ella. El trato no fue sencillo. El padre de Fuencisla afirmaba que su hija bien merecía tres obradas de tierra de las del pago de La Cotarra, que daban buen centeno. El padre de Teodoro tomó la propuesta como un disparate. Teodoro y Fuencisla permanecían mudos. Si por ellos hubiera sido, los ajustes se hubieran solventando en un santiamén. El arreglo tardó en llegar casi dos horas. Al fin, tras tensos regateos, los futuros consuegros estrecharon sus manos y rubricaron los ajustes con una copita de aguardiente.

A los pocos días, en la misa mayor del domingo, el cura, don Mariano, leyó la primera amonestación. El día de la segunda, el de la enhorabuena, Teodoro invitó a rosquillas y vino a los amigos que le felicitaron. Otro tanto hizo Fuencisla con sus conocidas. El domingo de la tercera amonestación, el novio festejó su salida de mozo en la bodega. La corrobla fue de las que todavía se recuerdan. La arroba de vino se quedó corta, y los cantares se alargaron hasta bien entrada la madrugada.

Ataviados con su mejor traje y capa, Teodoro y un hermano de Fuencisla fueron, cuatro días antes de la boda, casa por casa invitando a todos los mozos solteros, parientes y amigos. Lo mismo hizo Fuencisla con las mozas y amigas. Las invitaciones a los casados y casadas corrieron a cargo de los padres de los novios.

Llegada la víspera de la boda, el ajetreo se palpaba en todo el pueblo. Las dos familias se esmeraban ultimando los preparativos de los tres días siguientes de celebración. El prestigio de las dos casas estaba en juego. Al atardecer, las mozas fueron a despedir a Fuencisla, cantando la ronda del Tálamo: ("Mañana por la mañana / te despides de tus padres / y pasas a otro dominio / manojito de corales..."). A la cena ya se unieron los familiares de aldeas distantes.

La rebolada de los instrumenteros por las calles anunció por fin el día de la boda. Preciosos carros engalanados entraban en el pueblo, trayendo a los invitados de pueblos cercanos. Los músicos fueron a buscar al novio. Antes de salir de casa, Teodoro se arrodilló delante de sus padres, para recibir la bendición ("En la baldosa o en la tabla / hinca la rodilla y pide / a tu padre muy humilde / la mano para besarla"). Después, el novio y su acompañamiento se dirigieron a casa de Fuencisla, a la que encontraron recibiendo la bendición paterna. "Despídete dama hermosa / de la casa de tus padres / que ésta es la última vez / que de ella soltera sales". Las campanas repicaban por tercera vez, anunciando la ceremonia, y la animada comitiva partió hacia la iglesia. Delante, los músicos, tocando una marcha; después, los padrinos con los novios; detrás, las dos familias y los invitados. A la puerta de la iglesia, el cura esperaba. "Una rosa entró en la iglesia / entró libre y salió presa / casada con su marido / a la puerta de la iglesia (...) Quién ha casado a estos novios / a la puerta de la iglesia / Dios y los ángeles todos / y el que la misa celebra...". Una vez dado el sí quiero, el cortejo entró en el templo para oir misa, en la que el yugo selló la alianza entre Teodoro y Fuencisla.

En el atrio, los mozos habían atado un gallo vivo al extremo de una larga vara. Cuando Teodoro salió de la iglesia, le dieron tres bolas de piedra, a ver si atizaba con ellas al animal. Fueron tres vanos intentos, y el recién casado no tuvo más remedio que pagar una cuartilla de vino. Hubo vivas a los novios, felicitaciones y música de la tierra. Y las acostumbradas bromas. Teodoro y Fuencisla fueron atados y subidos encima de un burro. De esta guisa pasearon por todo el pueblo, ante el regocijo popular.

Tras el refresco, el bullicioso cortejo nupcial marchó al banquete. En la casa del novio todo estaba preparado. Una enorme paella presidía el convite. De segundo, guisado de ternera. Después, fruta, café, copa y, por gentileza del padrino, un puro para los hombres. La madrina también repartió confitura. La diversión resonaba por todas las calles del pueblo. Por la tarde hubo baile de galas. Todos los invitados querían echar una pieza con Fuencisla. Eso sí, primero depositaban en una bandeja su donativo. Y Fuencisla no paraba de bailar. Si la comida fue abundante, ¡qué decir de la cena!. Sopa castellana, bacalao y arroz con leche. Los recién casados, tras pagar el castigo a los mozos, pudieron escabullirse e ir a dormir sin ser presa de las bromas. Mientras, los más animados resistieron hasta el amanecer, en el salón, bailando al son de un pianillo.

A la mañana siguiente, los festejos continuaron después de una misa de difuntos por los fallecidos de las dos familias contrayentes. Hubo más música y más yantar, aunque la comida estuvo menos concurrida que el día anterior, ya que únicamente asistieron los más cercanos a la boda. Durante el postre, las casadas dedicaron a Fuencisla la canción del Honor: "El novio ha dado a la novia / un anillo de oro fino / y ella le dio su firmeza / que vale más que el anillo...". El posterior baile redobló la alegría entre el vecindario.

En el tercer día de celebración, la tornaboda, la normalidad regresó al pueblo. Recogidas cazuelas y manteles, las dos familias volvieron a reunirse por la noche, al olor de una gallina de corral y vino de cosecha. Teodoro y Fuencisla ya eran marido y mujer. Se había escrito otra página de la historia de su pequeña aldea.


El Esquema del Disco

Ronda del Tálamo.
La Corrobla.
Contrarronda.
Alborada
El Cortejo Nupcial
El Desposorio.
La Ofrenda.
Las Galas.
El Banquete y el baile.

 

 

Información: rondasegoviana@gmail.com